Otra vez el aeropuerto
Alberto Herrera Ocampo M.D
La semana pasada el doctor JAIME CASTAÑO TORRES, columnista destacado de este diario, le haló los apéndices auriculares al alcalde Israel Londoño por el cuestionado manejo que, presuntamente, le puede dar al asunto del aeropuerto Matecaña. Con seriedad, con argumentos claros y contundentes y con plena sindéresis el abogado Castaño Torres defiende nuestro aeropuerto de las pretensiones neoliberales de entregar el Matecaña a firmas extrañas.
La excelente glosa del mencionado abogado continúa la batalla que muchos hemos dado, desde la prensa, para tratar de salvar la joya de la corona de las manos de los burócratas depredadores que siempre han tenido en la mira el negocio de vender una obra eficiente y rentable.
El columnista Castaño le advierte seriamente al burgomaestre de turno la posibilidad de un peculado, si se hace una inversión millonaria en el terminal aéreo y luego lo entrega a terceros para que lo usufructúen con toda libertad. Hay que reconocer el valor civil de Castaño Torres al advertir a su amigo y copartidario, el alcalde Israel, lo que le puede subir pierna arriba si insiste en el embeleco de entregar en concesión la obra cívica mas querida de los pereiranos.
Cuando los impávidos dirigentes neoliberales vendan todos los activos de la ciudad, qué se quedaran administrando estos voraces burócratas? Les tocara pues empezar a subir las alcabalas para expoliar y ahorcar aun más al pobre José Dolores. Qué tal?
Qué bueno que siguiendo la historia de líder cívico fallecido Francisco Polanco Ripoll, surjan personas cívicas como el doctor Castaño Torres para sacar la cara por la ciudad amada y para poner los puntos sobre las íes a los caciques que tenemos que sufrir los pereiranos. Excelentes pues las acotaciones del doctor Jaime Castaño Torres quien, ese sí, mete el dedo en la llaga que más lacera la pereiranidad.
OTROSÍ : La avenida del ferrocarril, que debe ser una vía rápida pues es la arteria que le da fluidez al tráfico automotor, tiene un tolondrón en la esquina de la calle novena y en los bajos del puente respectivo. Allí hay un semáforo mal calibrado para dar al paso del megabús que baja por allí. Pues ese malhadado semáforo produce a diario un trancón de la madona, un cuello de botella que infarta enojosamente el paso de motos carros y buses. Sería bueno que los magos del tránsito estudiaran seriamente este asunto para desatar el nudo gordiano que se forma allí para desespero de los conductores, cuyo estrés va in crescendo a medida que aumenta el parque automotor.
ADENDA: muchas gracias al inquieto periodista Silvio Posada Cataño que desde la ciudad del águila negra me envía, con el eficiente correo de su hermana Florencia, el último libro sobre Alzate Avendaño, escrito al alimón por CARLOS MARTÍNEZ SIMAHAN y HORACIO GÓMEZ ARISTIZÁBAL. Buena esa faena de Silvio para seguir añorando al inolvidable Mariscal. ¡AU!
R.I.P. Y vaya, con Nidia, mi voz de solidaridad y afecto para el doctor José Daniel Trujillo, el más brillante notario de la región cafetera, por el duelo de su familia causado por el deceso sensible de su señora madre, doña Olga Arcila de Trujillo. Paz en su tumba.
La semana pasada el doctor JAIME CASTAÑO TORRES, columnista destacado de este diario, le haló los apéndices auriculares al alcalde Israel Londoño por el cuestionado manejo que, presuntamente, le puede dar al asunto del aeropuerto Matecaña. Con seriedad, con argumentos claros y contundentes y con plena sindéresis el abogado Castaño Torres defiende nuestro aeropuerto de las pretensiones neoliberales de entregar el Matecaña a firmas extrañas.
La excelente glosa del mencionado abogado continúa la batalla que muchos hemos dado, desde la prensa, para tratar de salvar la joya de la corona de las manos de los burócratas depredadores que siempre han tenido en la mira el negocio de vender una obra eficiente y rentable.
El columnista Castaño le advierte seriamente al burgomaestre de turno la posibilidad de un peculado, si se hace una inversión millonaria en el terminal aéreo y luego lo entrega a terceros para que lo usufructúen con toda libertad. Hay que reconocer el valor civil de Castaño Torres al advertir a su amigo y copartidario, el alcalde Israel, lo que le puede subir pierna arriba si insiste en el embeleco de entregar en concesión la obra cívica mas querida de los pereiranos.
Cuando los impávidos dirigentes neoliberales vendan todos los activos de la ciudad, qué se quedaran administrando estos voraces burócratas? Les tocara pues empezar a subir las alcabalas para expoliar y ahorcar aun más al pobre José Dolores. Qué tal?
Qué bueno que siguiendo la historia de líder cívico fallecido Francisco Polanco Ripoll, surjan personas cívicas como el doctor Castaño Torres para sacar la cara por la ciudad amada y para poner los puntos sobre las íes a los caciques que tenemos que sufrir los pereiranos. Excelentes pues las acotaciones del doctor Jaime Castaño Torres quien, ese sí, mete el dedo en la llaga que más lacera la pereiranidad.
OTROSÍ : La avenida del ferrocarril, que debe ser una vía rápida pues es la arteria que le da fluidez al tráfico automotor, tiene un tolondrón en la esquina de la calle novena y en los bajos del puente respectivo. Allí hay un semáforo mal calibrado para dar al paso del megabús que baja por allí. Pues ese malhadado semáforo produce a diario un trancón de la madona, un cuello de botella que infarta enojosamente el paso de motos carros y buses. Sería bueno que los magos del tránsito estudiaran seriamente este asunto para desatar el nudo gordiano que se forma allí para desespero de los conductores, cuyo estrés va in crescendo a medida que aumenta el parque automotor.
ADENDA: muchas gracias al inquieto periodista Silvio Posada Cataño que desde la ciudad del águila negra me envía, con el eficiente correo de su hermana Florencia, el último libro sobre Alzate Avendaño, escrito al alimón por CARLOS MARTÍNEZ SIMAHAN y HORACIO GÓMEZ ARISTIZÁBAL. Buena esa faena de Silvio para seguir añorando al inolvidable Mariscal. ¡AU!
R.I.P. Y vaya, con Nidia, mi voz de solidaridad y afecto para el doctor José Daniel Trujillo, el más brillante notario de la región cafetera, por el duelo de su familia causado por el deceso sensible de su señora madre, doña Olga Arcila de Trujillo. Paz en su tumba.
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